El viaje de Gatwick a Heathrow fue cómodo en un bus de la compañía Speed Link. Ya en Heathrow no dudé en poner en práctica la experiencia lingüística anterior. Cuando me presento al buró de despacho de British Airways correspondiente al vuelo que debía tomar para Edimburgo y presento mi pasaje, la empleada me explica algo de lo que solo entendí que el vuelo estaba lleno y la palabra volunteer. Me quedé un momento tratando de digerir aquello y le explico que esa capacidad había sido reservada desde Cuba hacía más de un mes, que no entendía como podía estar el vuelo lleno. Capté perfectamente cuando me explicó que eso sucedía con mucha frecuencia. Entonces pedí aclaración sobre lo de volunteer. La empleada me explica con voz dulce que si yo voluntariamente acepto la falta de cupo para el vuelo y me inscribo en una lista de espera, tengo posibilidades de volar si alguno de los pasajeros no toma el vuelo. Accedí. Ahora solo me preocupa el poder entender la amplificación local cuando mencionaran mi nombre, si es que lo hacían. Pocos minutos después, oigo el número de mi vuelo. Aguzo los oídos y escuho mi nombre perfectamente, en segundo lugar. Un baño de alivio recorrió todo mi cuerpo. Poco después, aterrizamos en el aeropuerto internacional de Edimburgo. Ahora tenía por delante la tarea de salir de allí y dirigirme a la estación de trenes Waverely, en el centro de la ciudad. Cuando tenía la esperanza de que lo peor había pasado, ya las nubes de la próxima tormenta se empezaban a acumular sobre mí. (Continuará)
http://100-historiasreales.blogspot.com 07/05/2011 02:36
Raizdany 08/23/2011 16:47
Maria 07/14/2009 03:51
Raizdany 07/14/2009 14:02